lunes, 7 de octubre de 2013

12° TRIMARCHI: ¡hasta pronto!


El último día de la doceava TRImarchi arrancó con todo el mundo con sus gafas puestas para arrancar el día luego de los festejos nocturnos y para darle la bienvenida al sol que, como todos los años, tenía que estar presente para que todo el mundo pueda sentarse en el pastito del Polideportivo entre conferencias o para escuchar las bandas y músicos invitados. En este último día el deleite musical fue brindado, una vez más, por Army of Dub, por Los Alamos, en un cierre explosivo, y por AMHO (Eva Shin), quien hizo escuchar algunas de sus hermosas canciones que pertenecen a su proyecto que busca recrear la imagen de lo exótico, poniéndose en el rol del “extranjero universal” combinando múltiples signos de todas las culturas.
Entre los espacios musicales, se presentó uno de los “frutos” de la TRImarchi, un proyecto que se ideó en la edición 2011 y que recién este año vio la luz. Se trata del libro ¡El Che vive!, un homenaje a la figura popular del Che Guevara que contó con la colaboración de varios amigos latinoamericanos: ilustraciones de Dr. Alderete, textos de Gustavo Alvarez Núñez, Ana Longoni y Kevin Johansen, y el increíble trabajo de Willi Peloche. Este libro surge gracias a la iniciativa de Diego Bianki y propone justamente una reflexión sobre esta figura popular, cómo la cultura del consumo se ha ido apropiando y la terminó difundiendo alrededor del mundo.
Seguido de esta presentación fue el turno del gran diseñador argentino Javo Veraldi, director de Planta Baja C, junto a Carolina Santantonin. En dicha conferencia, pudimos hacer un recorrido por el extenso trabajo de este estudio que se ha popularizado por realizar las tapas de los discos y las gráficas de cantidad de músicos nacionales como Divididos, Liliana Herrero, Carca, Vicentico, Pedro Aznar y tantos otros. Pero los trabajos de este estudio son extensos e incluyen además diseño de libros, gráficas publicitarias de grandes empresas como Coca-Cola, ilustraciones y diseño de agendas.
Javo en su carrera ha trabajado para los principales estudios del país: Shakespear Estudio, DYA, Estudio Massa, Chagall Films. Hasta que con el tiempo pudo fundar estudios propios. Actualmente combina su trabajo de docente en la UBA y en la Universidad de Rosario con su carrera musical (Javo Sostenido).

El último conferencista del día vino desde Holanda para traernos el arte de la caligrafía y el graffiti: el Calligraffiti. Se trata de Niels Shoe Meulman, quien relató su carrera personal, sus comienzos justamente realizando graffitis callejeros, y su creciente interés por las tipografías que lo llevaron a comenzar a trabajar en estudios de diseño gráfico. En este contexto, lo empezaron a contratar diversos directores de arte y él decidió que también deseaba hacer este trabajo. A su vez, como director de arte, era contratado por directores creativos y él se dio cuenta de que también deseaba hacer esto y así terminó creando su propia marca en la que sigue realizando sus “calligraffitis”.
Como él mismo sostiene “a word is an image” (una palabra es una imagen), es decir que podemos mirar y leer una palabra pero la gente que hace visuales puede ver ahí también una imagen. Esto se encargó de plasmarlo en sus libros, particularmente en el segundo. En este también desarrolló una de sus teorías como diseñador, la teoría de la escala. Allí se define la manera en que uno debe pintar según las dimensiones de la obra a realizar: si tengo una hoja usaré la mano, si el papel es de dimensiones más grandes usaré la muñeca, si mi superficie es aún más grande deberé usar todo el brazo y, para superficies gigantes, usaré mi entero cuerpo. Esto se puede ver en algunos de los videos de la realización de sus trabajos, para las cuales a veces emplea escobillones y va caminando y transitando él mismo su lienzo hasta crear la obra.
Para ir perfeccionando sus técnicas tipográficas, Meulman ha realizado cantidad de repeticiones en papel de las mismas, y actualmente estas hojas de práctica se volvieron parte de su arte.
Su caligrafía, con el transcurso del tiempo, se ha vuelto cada vez más abstracta y se está centrando cada vez más en la pintura. De hecho, considera que las rarezas o imperfecciones hacen que una imagen sobresalga, porque la belleza pura y absoluta no es tan bella en sí, necesita de sus defectos. En su trabajo, además busca mezclar las caligrafías con la naturaleza y con los elementos del medio que lo rodea.
Para concluir esta edición de la TRImarchi queríamos brindarles algunas palabras de uno de los fundadores de este evento que cada año nuclea diseñadores, ilustradores, músicos y todo tipo de artistas de Latinoamérica y del mundo. Fue así que hablamos con Seba (Sebastián Valdivia) quien, junto a Pablo, desde hace doce años llevan adelante este encuentro que reúne unas 6000 personas con el objetivo de ahondar en la búsqueda creativa, conocer un poco más de diseño, abrir parámetros, buscar en las raíces y ver por dónde andan las ramas más inquietas. La historia de este evento arrancó cuando estos dos amigos estudiaban juntos artes visuales y ambos tenían la inquietud de saber más de diseño y conocer nuevas visiones del arte. Así comenzaron haciendo la primera en un salón de fiesta frente al mar donde ellos habían hecho su fiesta de egresados. Sorpresivamente, a este primer evento asistieron 400 personas así que decidieron que el siguiente año lo iban a realizar en el Teatro Auditórium. En este lugar, por un error de números, llegaron a vender 1200 entradas, mientras la capacidad era para 1025 personas, así que se encontraron con un segundo evento sobreexcedido, con gente sentada en los pasillos y escaleras: ¡un caos!
En ese momento se dieron cuenta de que esta búsqueda estaba trayendo gente de muchos países, que eran tantos los que se interesaban por este encuentro, que no se trataba entonces de una necesidad solitaria sino que muchos pares, muchos estudiantes, tenían inquietudes similares y se sumaban a esta búsqueda. Fue por tanto éxito que decidieron, al año siguiente, hacer este encuentro en un estadio, ayudados por amigos y familiares, de manera totalmente autogestionada. De ahí en adelante la TRImarchi nunca se fue del Polideportivo y cada año les sorprende ver las reflexiones que realizan quienes asisten, particularmente cuando, en una oportunidad, una universidad de Alemania envió un grupo de antropólogos al evento para la realización de un libro sobre la situación actual del diseño latinoamericano, el cual terminó dedicando un capítulo entero a la TRImarchi. Y es que en este evento, con la excusa del diseño gráfico, se está en realidad analizando la importancia del campo visual que tantas veces es subestimado y no se toma en consideración todo lo que ha hecho para la humanidad. Lo que más le parece curioso de todo lo que se fue gestando en estos años alrededor de este evento, es que han recibido cantidad de respuestas que exceden todas sus suposiciones sobre el diseño gráfico como herramienta comercial. De hecho están redescubriendo, a través de tantas charlas de conferencistas, el poder del legado visual, lo que pasaba con el diseño, por ejemplo, cuando un diseñador decidió plasmar un pentagrama y poder volcar la música en él o cuando otro decidió crear letras para plasmar ideas en estos.
Con esta reflexión, con miles de inquietudes instauradas adentro de cada uno de nosotros, nos despedimos de esta edición de la TRImarchi. La semilla ha sido una vez más plantada en cada uno de quienes asistieron y en un tiempo seguramente podremos ver los frutos alrededor nuestro, tantas veces sin ser ni siquiera conscientes.

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