Atravesar
en un viaje de 6 horas en micro Alemania de oeste a este para llegar a Leipzig.
Llenar mis ojos de campos amarillos colza y verde intenso, a los costados del
camino pequeños castillos en ruinas, molinos de energía eólica y autos,
montones de autos de primera línea.
Ir a las
ciudades del este en el país germano aún hoy implica una diferencia. Seguiremos
estando en uno de los países económicamente más adelantados de Europa, donde el
capitalismo, el trabajo y el consumo exacerbado son la base de la vida de
todos, pero la diferencia saltará a la vista en un primer recorrido de la
ciudad. Además de edificios modernos y otros antiguos, la arquitectura de
Leipzig está conformada por montones de fábricas o palacios que aún hoy
permanecen abandonados: como consecuencia de la caída del muro, muchos alemanes
se iban al rico oeste del país para buscar trabajo. Muchos, con el tiempo,
fueron ocupados y, tanto en Berlin como en la mencionada ciudad, es bastante
común encontrar enteros barrios de ocupas.
Pero
volvamos al relato de viaje: el micro me dejó frente al Hauptbahnhof (estación central) de la ciudad y no tardé en
conseguir ayuda para llegar al camping del Agra
¡es que buena parte de quienes viajaban en mi colectivo vestían señales
evidentes de dirigirse al festival gótico! Así que procedí a subirme a una de
las múltiples líneas de tranvías que recorren la ciudad y llegué hasta el
camping. A pesar de ser el día previo al comienzo del festival, ¡mi sorpresa
fue inmediata! Ya se empezaban a ver los atuendos, los preparativos, trailers,
carros llenos de de latas de cerveza, banquetes asados a cualquier hora de la
tarde, espejos gigantes. ¡El Wave Gotik
Treffen ya empezaba a latir!
Para
ponerme a tono, ya esa primera noche fui a una fiesta en el Agra con mis compañeros de campamento,
que conocí gracias a facebook: 3 argentinos que deslumbrados por los festivales
europeos hace un año decidieron quedarse, dos belgas, una suiza, una española y
dos chicas de Brasil radicadas en Europa. Obviamente en esta primera fiesta lo
predominante fue el industrial, ya se podían ver algunos trajes cybergoths,
cuero, color negro, mucha cerveza y bailes solitarios al compás de música de
bandas como los belgas de Front 242,
entre otras tantas.
El primer
día del festival arrancó con un sol radiante. Desde temprano todos empezaron a
prepararse para el picnic victoriano que se iba a llevar a cabo a las 3 de la
tarde en el König-Albert-Park, un
parque soñado, lleno de árboles, lagunas, patos y mucho verde. Así que
preparamos vianditas, cestos de mimbre antiguos, muchos vistieron trajes de
época, de vampiros o de retrofuturismo steampunk y nos encaminamos hacia una
hermosa tarde llena de fotógrafos y medios de todo el mundo que acuden al lugar
sólo para captar los atuendos más bellos y originales (¡realmente admirable la
resistencia dentro de semejantes trajes a pesar de la alta temperatura que
hubo!).
Cuando ya
tuve suficientes fotos en mi cámara, caminé doscientos metros entre el verde
hasta llegar al Parkbühne, un
anfiteatro al aire libre donde se iban a llevar a cabo tres recitales
increíbles que venía esperando ansiosamente. Primero fue el turno de la gente
de The breath of life, un grupo de
Bélgica liderado desde 1989 por la vocalista Isabelle Dekeyser. A
este grupo, que dio un show realmente bueno y enérgico, le siguió la
norteamericana Gitane Demone, quien
fue parte Christian Death y trabajó
en varias oportunidades con el mítico Rozz
Williams, padre del Goth. Ella nos presentó su nuevo disco en un show
realmente nostálgico y emotivo, con la letanía de sus voces, acompañada sólo
por un excelente guitarrista. Fue mucho más tranquilo que el grupo anterior,
pero tengo que admitir que no pude evitar llorar la mitad del show y no se
imaginan mi emoción cuando al final pude conocerla y charlar con ella y
confirmar la maravillosa persona que es. Gitane,
con sus ojos profundos y grises, canta con reminiscencias de blues, y entona
canciones tristes y desgarradoras que llegan hasta lo más hondo de la médula de
quien la oye.
Para
terminar la noche y que mi emoción no decaiga un instante, fue el turno de
otros monstruos de la
escena goth: Sex
Gang Children. Este mítico grupo ingles formado en 1980, presentó en esta
oportunidad un show bastante introspectivo y místico, acompañado por imágenes
de fondo de la película La montaña
sagrada, de mi querido director chileno Alejandro Jodorowsky.
Luego de
semejante show, me encontré con otro colega argentino, Diego Lima, conductor del programa radial Garlands, quien estaba también el Leipzig por el Wave Gotik Treffen. Buscando la salida,
ambos nos perdimos en los extensos parques que rodeaban el predio y cuando
finalmente logramos tomar el tranvía y llegar al centro de la ciudad,
nuevamente me volví a perder (esta vez sola) al tomar un tram en dirección
contraria al Agra. Así fue como me perdí el show de Faun (que quedará para otra oportunidad) y recién dos horas más
tarde, luego de haber esperado bajo la lluvia y en el medio de la nada, pude
llegar de nuevo al Agra agotada y lista para ir derechito a mi bolsa de dormir.
Así
concluye el relato de este primer día de un festival en tierras alemanas lleno
de mucho rock y goth. Pero el viaje recién empieza, quedan aún muchas bandas,
fiestas y eventos para relatar.
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