Hace apenas
3 meses había escuchado hablar de la Treffen a través de mis amigos pero no
tenía idea de la magnitud de dicho festival ni de que en algún momento en mi
vida iba a poder vivirlo en carne propia, así como tampoco tenía ninguna
certeza de poder visitar el viejo continente en el 2013, aunque lo deseaba
fervientemente. La verdad es que todos los factores se fueron dando para que yo
pueda subirme al avión y dicho festival se convirtió en una de las principales
metas de mi viaje, además de algunos otros motivos familiares en Bologna,
Italia.
No les voy
a decir que fue fácil llegar hasta la ciudad de Leipzig, porque cometí un error
sólo para ahorrar unos centavos y terminé durmiendo en el aeropuerto de
Frankfurt y atravesando luego el país germano en un colectivo que casi me deja
varada en dicha ciudad. Pero para
los viajeros menos arriesgados, existen medios más simples para alcanzar dicha
ciudad, ya que cuenta con un aeropuerto internacional y una gran estación de
trenes: Leipzig Hauptbhanhof (vayan aprendiendo esta segunda palabra si se
dirigen a Alemania porque significa “estación central” y la necesitarán para no
cometer errores, ya que todas las grandes ciudades allí cuentan con varias
estaciones de trenes).
Una vez en
Leipzig tenemos dos opciones: dirigirnos a un cómodo hotel o hostel, cuyas
tarifas suelen ser más elevadas que el resto del año y que es preciso reservar
con meses de anticipación o acampar en el Agra, que es donde se llevan a cabo
muchos de los recitales y fiestas de la Treffen, lugar al que también será
preciso dirigirnos para visitar la aldea medieval, sus ferias y conciertos, así
como todas las tiendas de ropa, discos, vinilos, objetos fetichistas y de
sadomasoquismo, libros, carteras, trajes de época, máscaras antigas, espadas, y
miles de cosas más.
Obviamente,
debido a mi organización de último momento, terminé acampando y gracias a
facebook conocí un grupo de chicos argentinos y de otras nacionalidades con
quienes pude compartir carpa y la estadía.
Acá las
advertencias para los inexpertos como yo en este tipo de festivales: al
llevarse a cabo en unos parques que no funcionan todo el año como camping, la
zona de las carpas no está provista de energía eléctrica y mucho menos de wifi
(¡para qué va a querer Internet un europeo si ya lo tiene en su celular!), los
baños de esta zona son todos químicos y hay canillas y piletas colectivas. Pero
para personas más exigentes, existe más lejos una serie de duchas y baños
tradicionales, para los cuales hay que pagar 1,50 euros y 0,50 euros
respectivamente. Aquí mismo es posible también recargar baterías, pagando para
entrar y haciendo una larga fila.
En
comparación con el alemán promedio que va al Agra, mi grupo de campamentistas
era de lo más agreste. Deben saber que quienes asisten a la Treffen se llevan
enteros trailers con objetos o casillas rodantes. Es posible ver de todo: desde
personas con su propia ducha y sistema de agua portátil, carros llenos de
cerveza, espejos gigantes para arreglarse para los eventos, hasta gente con un
spiedo gigante cocinando su propio cerdo al lado de la carpa, y estos son sólo
algunos ejemplos. Es que este festival, además de ser único en su género y por
su convocatoria masiva, se destaca también por el gran cuidado que sus
asistentes ponen en maquillarse y lookearse para las distintas ocasiones. Como
podrán ver en las fotos, ni el clima cálido de primavera ni el barro como
consecuencia de las intensas lluvias nocturnas, lograron amedrentar a los
góticos que día tras día se reinventaban en nuevos y elaborados atuendos para
captar la atención de fotógrafos, turistas y curiosos. Supongo que es poco
frecuente hallar un festival de tal magnitud donde los protagonistas no son
simplemente las bandas, sino todo el público que asiste a él.
Otra cosa
que también sorprende bastante, aunque acá en Alemania resulta de lo más común,
es que se trata de un festival musical que reúnes personas de todas las edades:
es un festival para toda la familia. De hecho el camping cuenta también con una
guardería para los más pequeños. Pero las diversas atracciones, en particular
las de la aldea medieval, son aptas para todo público y no veremos nada fuera
de lugar, salvo alguna persona corriendo desnuda, pero que es aceptado con una
sonrisa por los germanos. Además hay que destacar que, más allá de que
seguramente habrá más de un borracho entre la gente, los alemanes son personas
muy educadas, así que es prácticamente imposible toparnos con una pelea a lo
largo del festival, así como también podemos dejar tranquilos nuestras
pertenencias en la carpa y saber que generalmente todo va a estar en su lugar
cuando regresemos.
Otra cosa
muy importante de este festival y de la cultura de este país es que a nadie le
importa como se viste o que hace otra persona, por ejemplo, toparnos con una
familia con niños en la que el padre está vestido de mujer es algo de lo más
común y no recibirá ningún tipo de comentario ofensivo. Así también las chicas
tenemos la libertad de ir a un bar o fiesta
solas y vestidas de la manera que queramos (por más provocativa que sea)
y sabemos que seremos respetadas y que lo más probable es que en toda la noche
nadie nos saque a bailar o a lo sumo se nos acerquen a hablar pero del modo más
cortés posible.
En la
Treffen los recitales y fiestas se llevan a cabo también en distintos lugares o
bares en las diversas puntas de la ciudad de Leipzig, pero para alcanzarlos el
festival nos otorga pase gratis a todos los medios de transporte público:
colectivos y tranvía. De todos modos, es necesario calcular que algunos
recitales se llevan a cabo en lugares bastante distantes entre sí y que a veces
tendremos que renunciar a alguna banda para ver otra. Otro dato importante para
quienes quieran ir con niños es que, salvo muy cerca del escenario, los
volúmenes de sonido de las bandas no son muy altos y no correremos ningún tipo
de riesgo de ser golpeados, ya que no existen pogos ni avalanchas: cada cual
escucha la banda en su lugar moviendo la cabeza y a lo sumo bailando.
Después de
todas estas aclaraciones previas para futuros viajeros, ya están listos para
saber con detalle que ocurrió a lo largo de la Wave Gotik Treffen 2013. Pero
para esto les haré esperar hasta mi siguiente entrega. Sólo les voy a anticipar
que pude asistir montones de recitales, una ópera, varias fiestas y la
exclusivísima fiesta fetichista, a la cual es imposible concurrir con un
atuendo normal, así que imagínense. Me despido hasta la próxima entrega: auf
wiedersehen!